lunes, 3 de enero de 2011

Europa necesitará 400.000 técnicos en 2014

Responsable de la relación global de Accenture con el Foro Económico Mundial, Mark Spelman es un claro defensor de la adaptación y del cambio como elementos primordiales para hacer frente a la competencia mundial, un entorno en el que Europa se encuentra en clara desventaja a no ser que cambie su forma de hacer y dedique una buena parte de sus esfuerzos a la formación de sus profesionales y a la innovación. Para empezar, ilustra este déficit con un dato que no deja indiferente a ninguna generación: «En 2014 Europa tendrá un déficit de 400.000 profesionales expertos en tecnología y ciencia». ¿Dónde radica este desajuste? Según Spelman, el problema reside en una falta de comunicación: «Nadie sabe que existe una serie de puestos críticos relacionados con esos ámbitos y, por otra parte, tampoco hay incentivos para cubrirlos. Es necesario atraer a las mujeres a las posiciones técnicas y, sobre todo, estrechar la colaboración entre la empresa y la universidad». Sobre estos temas y acerca del mundo multipolar –definido por cinco dimensiones conectadas: los consumidores, el talento, la innovación, el capital y los recursos y bienes de consumo– habló Spelman en una conferencia que impartió en la Universidad Pontificia Comillas, en Madrid.

Pregunta.– ¿Cuál es el papel del sector público y del privado para alcanzar un crecimiento sostenible?
Respuesta.– Ambos tienen que funcionar demanera eficiente para generar valor. Uno de los riesgos es que el sector público acabe siendo demasiado grande, en cuyo caso se dispararían los impuestos, pero tampoco puede ser muy pequeño porque no se cubrirían las necesidades de aquellos que tienen menos recursos. El principal rol de los gobiernos es crear las infraestructuras necesarias para soportar la competitividad de la economía, fomentar la educación, una regulación ligera y una tasa impositiva razonable.

P.– ¿Qué papel le otorga en la creación de empleo?
R.– La mayor generación de puestos de trabajo proviene de la pequeña y mediana empresa. Por eso uno de los principales objetivos del Gobierno es facilitar el desarrollo de estas organizaciones para que puedan competir en el mercado. Otra de las acciones que puede acometer es facilitar capital semilla para fomentar la creación de estas compañías en los sectores más interesantes; la colaboración entre la empresa privada y la pública va a ser decisiva para su futuro.

P.– ¿Cuál es el reto de la economía española para aumentar el empleo y la productividad?
R.– El desafío más importante es reequilibrar la economía. España tiene un tejido empresarial muy bueno, pero la crisis de la construcción ha obligado a la diversificación para crecer desde el punto de vista económico y laboral.

P.– Ese crecimiento hace que las multinacionales españolas creen más empleo fuera que dentro. ¿Cómo alcanzar un equilibrio?
R.– Que la empresa española se diversifique no supone ningún peligro. Es necesario que esté fuera para ganar cuota de mercado y cubrir la demanda. Para generar empleo local, las organizaciones tienen la oportunidad de liberar su capacidad de innovación y de desarrollo interno, tanto corporativo como de productos y servicios. Tiene que haber una red internacional muy amplia que se compagine con la existencia de unos centros de excelencia que mantengan esa conexión mediante nuevas formas de interaccionar con los clientes, centros de formación o de desarrollo de habilidades, etcétera.

P.– ¿Cómo se conjuga la fuerza de empleo global con la local?
R.– Hay que mirar al mercado laboral desde una perspectiva segmentada. Existe un grupo de personas con una carrera internacional que van a abrir mercado en los países emergentes, por lo que es muy importante contar con ellos; en España existe este colectivo. Estos profesionales tienen que hacer de puente entre la central y los países en vías de desarrollo. Por otra parte, las naciones tienen que disponer de personas especializadas, un déficit que sufre Europa en los perfiles técnicos y el área de cuidado de la salud.

P.– ¿Cómo evitar la inflación salarial en los perfilesmás demandados?
R.– Para el segmento del talento es clave tener unos salarios y unos impuestos competitivos. Este es el punto de partida para un ciclo que se da en las mejores organizaciones: el talento funciona como un imán para atraer a los mejores. Un buen ejemplo es Silicon Valley. Quienes trabajan allí valoran el salario, pero también la calidad de vida y la infraestructura del vivero tecnológico. Otro es Singapur, que ha hecho de la energía solar su bandera, convirtiéndose en un centro de excelencia que atrae a compañías y profesionales expertos y ahora está exportando ese talento. Para no llegar a una inflación salarial la clave es segmentar: creas talento que luego eres capaz de exportar.

P.– La atracción de perfiles asiáticos está creando guetos en algunas organizaciones estadounidenses, ¿sucederá esto en Europa?
R.– No lo creo. Las compañías tienen que aprender a trabajar bajo un sistema común con personas de distinta procedencia. Los líderes que triunfarán son los que se rodeen de equipos diversos, un déficit que tiene Europa y que debe superar para competir en el mundo multipolar.


El Mundo Mercados – 02/01/2011

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